“Cartas que llegan aunque nadie las envíe.”



No todo lo que recibimos tiene remitente.
Hay mensajes que nos rozan como el viento, pero nos empujan como una decisión.

Algunos llegan en forma de frase escuchada al pasar.
Otros se camuflan en un cartel oxidado, un número que se repite, una canción que suena justo cuando la duda duele más.
No importa si uno cree o no.
El mensaje llega igual.



Mensaje 1

Una hoja escrita a mano, abandonada en un banco de plaza.
No decía mucho. Solo:
“Lo intentaste. Y eso ya es un tipo de victoria.”
La guardé sin saber por qué. A veces la releo cuando siento que todo va en pausa.



Mensaje 2

Un sueño que se repite cada tanto:
Estoy en una estación sin trenes.
Alguien me da una carta.
No tiene palabras. Solo un mapa.
Pero el mapa soy yo.



Mensaje 3

Un desconocido, en una sala de espera, me mira y me dice:
“Hay dolores que se disuelven cuando uno los comparte en voz baja.”
No me habló a mí, pero igual me lo llevé puesto.



Mensaje 4

En la calle, un graffiti viejo dice:
“Tené paciencia. Lo que está viniendo ya te extraña.”
Y no sé si fue pintado para mí, pero ese día decidí no rendirme.



Mensaje 5

Un mensaje en una galleta de la suerte, en un restaurante vacío:
“Alguien piensa en vos mientras le tiemblan las manos.”
No comí la galleta. Pero me comí la frase.



Mensaje 6

Una nena me pregunta si las nubes escuchan.
Le digo que sí, por supuesto.
Después, en casa, miro el cielo lleno de ellas y me sorprendo hablando en voz alta.



Mensaje 7

En un sobre sin nombre, que alguien dejó en un buzón equivocado, encontré esto:
“No busques señales. Sé la señal.”
Lo volví a meter, sin abrirlo más.
Como si el mensaje fuera solo prestado.



Mensaje 8

Un chofer de colectivo, mientras llovía, me dijo sin girarse:
“Hay días que uno maneja la tristeza como puede.”
Y justo frenó. Pero a mí me siguió moviendo algo por dentro.



Mensaje 9

En la tapa de un libro prestado, alguien había escrito a lápiz:
“Si te perdiste, volvé a lo que te hacía bien.”
No era parte del texto. Pero fue lo único que subrayé.



Mensaje 10

Una voz en la radio, apenas audible, dijo:
“Si sentís que no llegás, es que todavía estás yendo.”
Y por primera vez en mucho tiempo, no tuve apuro de llegar.




Estos mensajes no buscan ser entendidos.
Se parecen más a una música lejana que a una explicación.
Y a veces, solo a veces, logran hacer lo imposible:
que alguien se sienta menos solo sin saber por qué.




Siguiente Correo de Luz



4. MI TESTIMONIO DE LUZ
Un yo narrador frente al misterio.
No se trata de convencer, sino de compartir.





Texto generado por ChatGPT en respuesta a interacciones personalizadas.
Cortesía de OpenAI.
https://openai.com/chatgpt


Créditos: Garabatos sin © (Adaptación de Plantillas Blogger) | Efectos HTML/CSS de Vagabundia


Ir Arriba